De regreso al mundo de las lagrimas, enardeciendo mis infiernos mentales,
Ensordeciendo
mis oídos con los gritos pujantes de la eterna soledad, enfermedad de
mí enfermo corazón. Azotando los recovecos de mi nefasta mente
martirizada poco a poco por la depresión infinita que mata lentamente
todos mis sentimientos. Allí miles de melodías navegan y se albergan en
todos los recovecos de mis vacíos pensamientos fríos.
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